Aunque la iniciativa comenzó en 2003 en la Universidad de Oxford (Reino Unido) con cientos de voluntarios, el proyecto acaba de extenderse a Europa, sur de África y el oeste de Estados Unidos para conseguir datos regionales.
Para ello, es necesaria la colaboración de los ciudadanos. Se trata de que cada persona haga funcionar una simulación de un modelo climático en su ordenador. El programa trabaja de manera automática. Lo único que tiene que hacer el usuario es dejar el ordenador encendido. Para participar, hay que instalar el programa BOINC y elegir la investigación en la que se desee participar del listado disponible. Mientras tanto, se pueden realizar con normalidad otras tareas. A medida que le programa avanza, se pueden ver los resultados en la pantalla. Según explican los responsables del proyecto, se tarda una semana en completar cada unidad de investigación que simula un año. Cuando termina, los datos son enviados automáticamente a los científicos por Internet. Los colaboradores pueden ver un resumen de los resultados en la página web y, si lo desean, pueden participar en más de un proyecto a la vez.
Uno de los mayores experimentos consiste en probar distintos modelos climáticos regionales para simular las condiciones desde 1060 a 2010. Se usan datos reales de la temperatura de la superficie del mar y mediciones de la capa de hielo y de los gases de efecto invernadero en la at´mósfera para comparar estos modelos con las observaciones registradas.
"No se trata de simular las condiciones meteorológicas para predecir tormentas con más precisión. Se trata de analizar la complejidad del clima e intentar determinar qué podría cambiar y dónde, y hasta qué punto podemos confiar en que esto será así".
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