Según sus previsiones, los nuevos vasos podrían ser útiles para las personas que se someten a diálisis, que muchas veces presentan problemas en los vasos sanguíneos donde se conecta la terapia, y en aquéllos que deben recibir una cirugía de by-pass.
Para llevar a cabo su investigación, estos científicos tomaron células de músculo liso de varios cadáveres humanos y las cultivaron en un andamiaje tubular fabricado a base de un polímero biodegradable. En esta matriz, fue formándose una estructura exterior a base de colágeno y otras moléculas que permaneció intacta una vez que la base desapareció.
Seguidamente, comprobaron la efectividad y seguridad de los vasos en varios babuinos a los que se había practicado una intervención para interconectar la arteria y la vena del antebrazo, una operación habitual en pacientes con enfermedad renal grave. Esta unión permite conectar al enfermo a la máquina de diálisis pero las punciones suelen generar complicaciones. Este problema podría solucionarse con estos vasos bioartificiales.
Después de un seguimiento de seis meses, los investigadores comprobaron que estos vasos de 6mm de diámetro permitían un correcto flujo sanguíneo y no parecían presentar deterioro o daño. Para reducir el riesgo de que los vasos de menos diámetro quedaran ocluidos, se revistieron los vasos con células endoteliales (protegen frente a la formación de trombos).
En sus conclusiones, los autores subrayan que, aunque son preliminares, sus resultados demuestran que se pueden crear vasos bioartificiales compatibles con múltiples receptores de forma rápida y con la posibilidad de almacenarlos.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/02/02/biociencia/1296667031.html
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