lunes, 13 de diciembre de 2010

Los riesgos del dopaje

Marta Domínguez, imputada en la 'Operación Galgo'
El fantasma del dopaje vuelve aparecer en el mundo del deporte. El caso más reciente es la 'Operación Galgo' en la que han sido detenidos, entre otros, la atleta Marta Domínguez (considerada como una de las mejores atletas españolas), César Pérez (su entrenador) y el doctor Eufemiano Fuentes, implicado en 2006 en una operación similar denominada 'Operación Puerto'. Todo un escándalo que expone ante los ojos del público que el uso de dopantes se ha convertido en un negocio muy rentable.
Quizás, la cultura del éxito y la obsesión por ser número uno impida ver con claridad los riesgos a los que se expone la salud con el consumo de dopantes. Tal y como indican los médicos, los anabolizantes pueden afectar a todos los órganos, sobre todo al hígado y al aparato reproductor (infertilidad transitoria). "Azoospermia (ausencia de espermatozoides en el eyaculado), ginecomastia (desarrollo de la mama masculina) y disfunción eréctil son algunos de los trastornos sexuales que pueden provocar este tipo de sustancias", apunta Ferrán García, director de la Unidad de Andrología del Instituto Marqués (Barcelona). A largo plazo, los problemas se agravan, ya que aumenta el riesgo de cáncer especialmente hepáticos y renales. Según el doctor Manonelles, "el dopaje sanguíneo (transfusiones) aumenta la viscosidad de la sangre, la circulación se vuelve más lenta y existe mayor riesgo de coagulación, trombosis e incluso muerte". Se trata de una balanza donde coexisten peligros fisiológicos frente a un incremento del rendimiento y más oportunidades de ganar una competición. Aunque la decisión no debería plantear dudas, siempre hay alguien que prefiere las trampas a costa de su salud y opta por echar mano de ayudas externas. "Hay quien necesita estimulación (cocaína) para disminuir el miedo, por ejemplo, ante los saltos de esquí o en un ring. Esta sustancia, además, reduce el dolor y la fatiga. En deportes de equipo, como el fútbol, la cocaína permite realizar esfuerzos mayores".
Dados los riesgos y la ilegalidad de los dopantes, ¿cómo se controla este consumo? Según los expertos, existen varios tipos de exámenes y muchos se realizan por sorpresa. El atleta Julio Rey cuenta su propia experiencia. "A más éxito, más control. Al menos en mi caso, me han llegado a hacer pruebas inesperadas hasta tres o cuatro veces en la misma semana. En la última etapa, mi rendimiento había bajado y me controlaban menos".
Detectar o no la sustancia depende, por ejemplo, del tiempo que permanezca en el cuerpo. Como argumenta Manonelles, "mientras los anabolizantes duran un par de meses, la eritropoyetina (EPO) tiene una vida media de seis horas. Quienes consumen tienen pautas de tomas en función de este criterio, no las utilizan el día de la competición y utilizan sustancias que enmascaran, como los diuréticos, que también están prohibidos".
Independientemente de que consigan o no librarse de los controles, ¿hasta qué punto merece la pena poner en riesgo la salud y en entredicho la profesionalidad y el esfuerzo del deportista?
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/12/13/noticias/1292228854.html
'Operación Galgo': http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2010/12/12/masdeporte/1292128513.html

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