domingo, 30 de enero de 2011

Científicos identifican un reloj de 24 horas común a todos los seres vivos

La última edición de la revista Nature incluye un artículo en el que investigadores de las universidades de Cambridge y Edimburgo dan cuenta de características del mecanismo que controla el reloj interno de 24 horas que poseen todas las formas de vida. Sugieren que estos mecanismos han estado presentes en las células vivas desde hace millones de años y que gracias a este descubrimiento se podrá resolver los problemas que experimentan aquellas personas que realizan trabajos en turnos rotatorios o que sufren el jet lag.
Los científicos de la Universidad de Cambridge encontraron que los glóbulos rojos tienen un ritmo de 24 horas. Esto convierte en obsoleta la idea de que los ritmos circadianos están ligados al ADN y a la actividad genética, ya que a diferencia de casi todas las demás células de nuestro cuerpo, los glóbulos rojos no poseen ADN. Akhilesh Reddy, director del estudio, dice que "sabemos que las interrupciones que se producen en el ritmo de los relojes biológicos se asocian a diferentes desórdenes metabólicos como la diabetes, problemas de salud mental e incluso con el cáncer".
El equipo liderado por Reddy utilizó glóbulos rojos provenientes de pacientes voluntarios y saludables, que se incubaron en la oscuridad y a la misma temperatura del cuerpo humano. Las muestras se tomaron durante varios días y a diferente horas. Luego, los integrantes del equipo analizaron los niveles de unas proteínas llamadas peroxiredoxinas, indicadores bioquímicos que se encuentran en casi todos los organismos y que se producen en gran cantidad en la sangre. Los datos demostraron que se producía una modificación en los niveles de esas proteínas, siguiendo un patrón que se repetía cada 24 horas. Un segundo equipo, dirigido por Andrew Millar de la Universidad de Edimburgo, reveló que existe un ciclo similar en las algas marinas. Esto sugiere que los relojes corporales internos han sido importantes para la vida siempre, incluso para una forma de vida tan primitiva y antigua como las algas.
La independencia de los ciclos circadianos y el ADN quedó de manifiesto cuando se mantuvo las algas en la oscuridad. En estas condiciones su ADN no estaba activo pero los indicadores bioquímicos mostraban que sus relojes seguían en funcionamiento. Para Millar esto demuestra que "los relojes corporales son mecanismos ancestrales que han estado presentes a través de los miles de millones de años de evolución de la vida. Deben ser mucho más importantes y complejos de lo que pensábamos hasta ahora".
Ahora, sólo falta convertir este conocimiento en un medicmento útil que recomponga los relojes alterados de las personas pertenecientes a los grupos de riesgo, tarea que seguramente encararán con gusto las farmacéuticas, ya que un medicamento como ese tendría un enorme mercado a nivel mundial.
Fuente: http://www.abc.es/20110128/ciencia/abci-cientificos-identifican-reloj-interno-201101281652.html

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