domingo, 9 de enero de 2011

Miles de pájaros caen muertos y nadie sabe por qué

Todo empezó el día de Año Nuevo en Beebe, una localidad de Arkansas que amaneció con más de 5.000 pájaros muertos en el suelo, mayormente mirlos de ala roja. También se encontraron 80.000 peces muertos en uno de los ríos más importantes del país, a unos 160 kilómetros de donde habían aparecido los pájaros.
Todavía no se había repuesto la gente del susto en Arkansas cuando solo unos días después cayeron alrededor de 500 pájaros muertos más a una autopista del estado vecino Luisiana. Parte de ellos eran a su vez mirlos rojos, pero otros eran estorninos y gorriones.
En las numerosas llamadas de alarma al 911 se detecta no poca confusión. Unos aseguran que los pájaros agonizan enfrente de ellos, que no están muertos todavía, y que algunos incluso sangran por la boca, como si estuvieran envenenados.
Las asociaciones de ornitología llaman a no dejarse llevar por el pánico ni por las teorías conspirativas. Afirman que este tipo de decesos masivos, sin ser habituales, tampoco son tan infrecuentes en aves que lo hacen todo en bandadas que a veces pueden alcanzar los 100.000 ejemplares. Con lo cual la muerte de unos miles tampoco sería una hecatombe. Ha ocurrido otras sin obtener tanta publicidad.
Las autopsias de los pájaros empezaron el martes y, aunque aún no se sabe nada concreto, públicamente se empiezan a descartar algunas causas. Los pájaros muertos tenían en general el estómago vacío, con lo cual no parece probable un envenenamiento. Sus órganos vitales estaban en buen estado, lo que también elimina súbitas enfermedades devastadoras. En cambio, sufren lesiones traumáticas, con fuertes hemorragias y coágulos internos, sobre todo en el pecho.
Esto alimenta la hipótesis de que los pájaros se asustaran o se desorientaron por algo y empezaron a chocar, o con una línea de alta tensión junto a la pista (invisible para ellos en la oscuridad), o con los coches aparcados o con los tejados de las casas. Los fuegos artificiales de Año Nuevo han sido mencionados como posible detonante de la tragedia. Eso quizá explicaría el caso de Arkansas pero no el de Luisiana.
El portavoz de la Comisión de Caza y Pesca de Arkansas, Keith Stephens, ha sugerido la posibilidad de que la clave del enigma sean las condiciones meteorológicas extremas, por ejemplo el intenso frío vivido estos días en el país, seguido de un caldeamiento inesperado.

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