El Dr. House, el gurú del diagnóstico diferencial, no es el único médico capaz de detectar síndromes y enfermedades extrañas. En la vida real, el televisivo doctor tiene una dura competencia. Un grupo de doctores experimentados que forman parte de los NIH (Institutos de Salud de Estados Unidos) se dedica a dar esperanza a pacientes que llevan toda la vida buscando una respuesta a sus problemas de salud aunque su diagnóstico lleva mucho más de los 60 minutos de ficción.
Este equipo de élite utiliza el mismo método de trabajo que House. Primero estudian la historia clínica del paciente y enumeran sus síntomas, debaten con qué patologías pueden cuadrar, descartan otras y realizan todas las pruebas necesarias para confirmar su hipótesis.
Desde que el proyecto empezara como piloto en 2008, han estudiado a 300 personas. El director del programa reconoce que "debemos ser realistas y tratar de que nuestros pacientes también lo sean. Sabemos que somos su última esperanza, pero tienen que ser conscienes de que han estado en los mejores centros del país y no han encontrado respuesta. Nuestra tasa de éxito ronda el 15%".
No resuelven todos los casos, pero sí algunos muy complicados. Lo conoce bien Amanda, estadounidense de 28 años, que vivió su infancia sin saber por qué tenia meningitis, por qué la salmonelosis era mucho más grave en ella que en sus compañeras o por qué una simple herida le causó una gangrena que conllevó la amputación de su pierna izquierda. Después de mucho sufrimiento descubrieron el origen del problema: una deficiencia de IRAK-4, una mutación génica que impide al organismo crear una proteína necesaria para luchar contra las bacterias, dejando al afectado totalmente indefenso.
En el polo opuesto a este caso, la Federación Española de Enfermedades Raras calcula que los afectados tardan una media de cinco años en recibir un diagnóstico.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/09/24/noticias/1285354526.html
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